• Geopolítica

    EL PODER ASIMÉTRICO DE LA ONU

    Nacida como foro de cooperación intergubernamental, la ONU ha cristalizado una arquitectura de poder profundamente asimétrica. El corazón real está en el Consejo de Seguridad y, dentro de él, en los cinco miembros permanentes con derecho de veto, que institucionalizan el reparto de poder de 1945. La Asamblea General opera como legitimación simbólica: “un país, un voto” sin capacidad efectiva cuando el veto entra en juego.

    La financiación acentúa esa asimetría. Mientras el presupuesto ordinario requiere mayorías formales, la mayor parte del sistema se mueve con contribuciones voluntarias dirigidas a programas y agencias, alineando prioridades con los grandes donantes más que con decisiones colectivas. Así, quien paga orienta la agenda, incluso si pierde voto en la Asamblea por impagos: la influencia puede mantenerse por la vía de los fondos condicionados.

    El poder material se ejerce mediante sanciones, autorizaciones de uso de la fuerza, misiones de paz y un vasto ecosistema de agencias y fondos. Las sanciones actúan como guerra económica con efectos sociales profundos; la “responsabilidad de proteger” ha servido para legitimar intervenciones controvertidas; las operaciones de paz pueden cronificarse y modular soberanías; y la Secretaría —filtrada por el veto de los P5— maneja una burocracia transnacional sin control electoral directo.

    En paralelo, emergen polos alternativos (BRICS, OCS) que disputan el monopolio occidental de la gobernanza global, mientras las reformas propuestas en la ONU tienden a ser cosméticas si preservan el veto. El debate estratégico del siglo XXI pasa por aquí: limitar el poder de bloqueo, descondicionar la financiación, exigir trazabilidad y evaluación independiente, y devolver a los Estados —y a sus ciudadanos— la capacidad de control sobre decisiones que hoy se toman en un “sistema” que opera con legitimidad difusa.

    Etiquetas: geopolítica, ONU, Consejo de Seguridad, derecho de veto, gobernanza global, sanciones, financiación voluntaria, agencias de la ONU, soberanía, misiones de paz, BRICS, reforma institucional

  • General

    ONGS DESVIADAS

    Las ONGs ocupan un lugar de confianza en la imaginación pública: puentean burocracias, llegan donde el Estado no llega y canalizan la empatía social. Pero cuando se produce “desviación” —organizaciones que mantienen la retórica del bien común mientras operan para agendas privadas— esa confianza se convierte en el principal activo a explotar. La captura puede adoptar formas diversas: enriquecimiento personal de directivos, lobby encubierto, instrumentalización política o incluso apoyo indirecto a actores armados en contextos frágiles. El resultado es una ruptura del contrato moral que sostiene a todo el sector.

    La rentabilidad de la desviación nace de tres vectores: opacidad regulatoria, complejidad financiera y urgencia operativa. Los flujos combinan subvenciones públicas, donaciones filantrópicas y facturación a través de intermediarios; en emergencias, los atajos administrativos multiplican el riesgo; y la internacionalización permite arbitrar entre jurisdicciones con poca supervisión. A ello se suma la ingeniería reputacional: estructuras salariales opacas, campañas de marketing desproporcionadas y narrativas de impacto difícilmente verificables. En este ecosistema, la “industria de la ayuda” puede comportarse como un negocio de rentas, priorizando volumen de fondos sobre resultados reales.

    Las implicaciones geopolíticas son severas. En guerras y crisis humanitarias, el dinero externo puede distorsionar economías locales, alimentar clientelas y, por fugas y connivencias, terminar financiando milicias o redes criminales. En democracias consolidadas, la opacidad convierte a algunas ONGs en vectores de presión política sin trazabilidad de financiadores ni de conflictos de interés. El daño más profundo no es solo presupuestario: cada escándalo erosiona la confianza ciudadana y penaliza a las organizaciones que sí cumplen su misión.

    La salida no es añadir burocracia ciega, sino controles inteligentes: transparencia radical de beneficiarios reales y contratos; publicación granular y en tiempo real de ingresos y gastos; límites claros al lobby y registro de conflictos de interés; auditorías de impacto independientes con datos abiertos; responsabilidad personal de directivos y regímenes de sanciones y exclusiones; y coordinación entre donantes para impedir la “captura por cumplimiento”. Solo así podremos proteger los recursos públicos y, sobre todo, restaurar la credibilidad de un tercer sector imprescindible.

  • Geopolítica

    PODER FLOTANTE: OPACIDAD Y LOBBY EN LA GOBERNANZA SUPRANACIONAL

    Las organizaciones supranacionales se han consolidado como piezas clave del poder global, pero lo han hecho con una legitimidad democrática difusa. De ahí emerge un “poder flotante”: instancias que se presentan como prolongación de la soberanía estatal, aunque en la práctica responden a intereses transnacionales que superan —y a veces contradicen— las preferencias expresadas en las urnas. El resultado es un desajuste entre influencia real y control ciudadano efectivo.

    El motor de esta asimetría es financiero. La arquitectura de recursos mezcla fondos públicos, donaciones de fundaciones, aportes corporativos y circuitos offshore, creando capas de intermediación que oscurecen el origen del dinero y los potenciales conflictos de interés. En ese ecosistema, muchas ONG operan como lobbies de baja visibilidad y algunas instituciones intergubernamentales coordinan políticas con mínima rendición de cuentas, escudadas en procedimientos técnicos y en cadenas de intermediarios que diluyen responsabilidades.

    Sobre esa base crece una deriva tecnocrática y cultural: decisiones políticas se presentan como “técnicas”, desplazando el debate democrático, mientras ciertos programas actúan como vectores de “ingeniería social global”. Cuando una agenda encuentra resistencia en el ámbito nacional, reaparece por la vía supranacional: presiona desde fuera en materias sensibles —medio ambiente, derechos humanos, género— condicionando marcos legales y presupuestarios sin un mandato ciudadano claro.

    La respuesta exige método: seguir el rastro del dinero, mapear redes de influencia personal e institucional y medir impacto real sobre los procesos democráticos. Transparencia presupuestaria, trazabilidad de financiadores, evaluación independiente y límites al lobby encubierto son requisitos para reequilibrar la balanza. Sin estos contrapesos, la gobernanza global continuará acumulando poder en manos opacas, mientras la soberanía democrática se vuelve cada vez más nominal.

  • Geopolítica

    CHINA Y LA INICIATIVA DE LOS TRES MARES: ENTRE OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS (V)

    China considera a Europa del Este como un eslabón clave en su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda. A través de inversiones en infraestructura y energía, busca conectar esta región con Europa Occidental, utilizando proyectos como el ferrocarril entre Belgrado y Budapest para facilitar el comercio.

    Aunque estas inversiones son vistas con buenos ojos por algunos países de la Iniciativa de los Tres Mares, también generan inquietudes en la Unión Europea y Estados Unidos. La influencia china en la región plantea preguntas sobre el equilibrio entre atraer inversiones necesarias y mantener una política alineada con los intereses occidentales.

    (Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)

  • Geopolítica

    EL PAPEL DE ESTADOS UNIDOS EN LA INICIATIVA DE LOS TRES MARES (IV)

    Estados Unidos ha mostrado un interés estratégico en la Iniciativa de los Tres Mares, viéndola como una oportunidad para contrarrestar la influencia de Rusia y China en Europa del Este. Desde la venta de gas licuado hasta inversiones en energía nuclear, EE. UU. busca consolidar su presencia en la región y fortalecer sus alianzas con países como Polonia.

    La iniciativa también encaja en la estrategia estadounidense de dividir a la Unión Europea en torno a cuestiones energéticas y comerciales. Sin embargo, esta influencia podría generar tensiones internas en la UE, especialmente en relación con Alemania, que tiene sus propios intereses en el suministro energético.

    (Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)

  • Geopolítica

    LA INFRAESTRUCTURA COMO MOTOR DE DESARROLLO REGIONAL (III)

    La Iniciativa de los Tres Mares apuesta por transformar la infraestructura de transporte en Europa del Este. Proyectos como la Via Carpatia, que conectará Grecia con Lituania, y la vía Báltica, que enlazará Varsovia con Helsinki, buscan fomentar una red de comunicación eficiente y mejorar la integración económica regional.

    Además, se ha puesto en marcha la Digital Highway, un ambicioso plan de telecomunicaciones que incluye tecnología 5G y fibra óptica. Estas iniciativas no solo impulsan el comercio y la inversión, sino que también posicionan a los países miembros como un hub estratégico en Europa.

    (Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)

  • Geopolítica

    INDEPENDENCIA ENERGÉTICA EN EUROPA DEL ESTE (II)

    Uno de los pilares de la Iniciativa de los Tres Mares es la seguridad energética. Países como Polonia y Croacia han construido plantas de regasificación para importar gas licuado de Estados Unidos, reduciendo así la dependencia del gas ruso. Sin embargo, esta transición no es uniforme; mientras algunas naciones priorizan la independencia energética, otras, como Hungría y Bulgaria, optan por enfoques pragmáticos basados en costos.

    La construcción de infraestructuras como gaseoductos y plantas nucleares es clave para avanzar en este objetivo. Estos proyectos no solo refuerzan la autonomía energética de la región, sino que también contribuyen a los compromisos climáticos de la Unión Europea al promover fuentes más limpias y sostenibles.

    (Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)

  • Geopolítica

    LA INICIATIVA DE LOS TRES MARES: UNA REGIÓN INTERCONECTADA (I)

    La Iniciativa de los Tres Mares (I3M) agrupa a 12 países de Europa Central y del Este ubicados entre los mares Báltico, Negro y Adriático. Su objetivo principal es mejorar la conectividad regional mediante proyectos de infraestructura, energía y telecomunicaciones. Con una orientación norte-sur, busca reducir las desigualdades económicas entre Europa Oriental y Occidental y reforzar la cohesión europea.

    Además de ser una plataforma de cooperación regional, la I3M tiene implicaciones geopolíticas significativas, involucrando a potencias como Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea. Su apuesta por la independencia energética frente a Rusia, así como su apertura a inversiones externas, la convierten en un espacio clave para las dinámicas de poder global.

    (Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)

  • Actualidad,  Geopolítica

    GROENLANDIA: EL NUEVO CAMPO DE BATALLA GEOPOLÍTICO DE TRUMP

    Desde su primer mandato, Donald Trump ha mostrado un particular interés en Groenlandia, pero ahora, con su regreso a la Casa Blanca, este interés ha adquirido un carácter más urgente. En un mundo donde las tensiones geopolíticas están en aumento, la isla ártica se perfila como un activo estratégico tanto en términos militares como económicos. Estados Unidos ya tiene presencia en la isla con la base de Pituffik, pero Trump parece estar dispuesto a ir más allá, asegurando un mayor control sobre este territorio clave.

    La importancia de Groenlandia para Washington radica en tres elementos principales: su ubicación geoestratégica, sus recursos naturales y su papel en la competencia global con China. Con la creciente militarización del Ártico y la relevancia de la vigilancia de misiles balísticos intercontinentales, la isla representa un punto clave en la seguridad nacional estadounidense. Además, el deshielo progresivo facilita la explotación de tierras raras, fundamentales para la tecnología y la defensa.

    El gobierno de Trump parece considerar insuficiente la alianza con Dinamarca y busca alternativas para asegurar su influencia. Una opción sería respaldar las aspiraciones soberanistas de Groenlandia a cambio de concesiones estratégicas y económicas. Sin embargo, también ha insinuado que no descartaría métodos más agresivos, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional.

    El cambio climático, que ha acelerado la accesibilidad a los recursos groenlandeses, también juega un papel crucial en esta ecuación. La apertura de nuevas rutas marítimas y el abaratamiento de la extracción de minerales hacen que el territorio se vuelva aún más atractivo para Washington. En este contexto, Groenlandia no solo es un punto de disputa entre Estados Unidos y Dinamarca, sino también un nuevo frente en la rivalidad con China.

    El segundo mandato de Trump apunta a ser un periodo de confrontaciones aceleradas en múltiples frentes, y Groenlandia es solo una pieza de un tablero geopolítico mucho más amplio. Con un enfoque de poder sin concesiones, el expresidente busca consolidar la hegemonía estadounidense, desafiando tanto a sus aliados tradicionales como a sus competidores globales.

  • Geopolítica

    HABLEMOS DE AGUA Y GEOPOLÍTICA

    Cuando pensamos en los grandes motores de los cambios geopolíticos, solemos imaginar el petróleo, la tecnología o la economía. Sin embargo, uno de los factores más decisivos es tan cotidiano que apenas le prestamos atención: el agua. Mientras en muchas partes del mundo basta con abrir el grifo para obtenerla, en otras, es un lujo inaccesible. En un contexto de cambio climático, urbanización y crecimiento poblacional, la disponibilidad de agua está transformándose en un eje central de estabilidad global, con implicaciones que van más allá de la sed: el control del agua significa poder y supervivencia.

    La escasez de agua no solo plantea problemas locales, sino que escala a conflictos internacionales. Regiones como la cuenca del Nilo son ejemplos de cómo los derechos sobre este recurso pueden desatar tensiones entre países. Egipto, Etiopía y Sudán luchan por el control del río, y cada estrategia económica o infraestructura que altera su caudal pone a prueba la diplomacia. El agua, además de recurso, se está convirtiendo en un arma en manos de quienes tienen acceso privilegiado a ella, exacerbando la desigualdad entre naciones y comunidades.

    Pero la crisis no es solo cuestión de cantidad. La contaminación del agua es un problema global que afecta ecosistemas, alimentos y nuestra salud. Desde desechos industriales y agrícolas hasta el omnipresente plástico, todo termina en los ríos y océanos. Resolver este desafío requiere acción urgente por parte de gobiernos, empresas e individuos. Reducir el uso de plástico, apoyar marcas sostenibles y conservar agua en nuestras actividades cotidianas no solo son gestos simbólicos, sino pasos hacia una transformación cultural que no podemos postergar. Cada gota cuenta, literalmente, para asegurar un futuro más justo y sostenible.

  • Geopolítica

    LECCIONES DE ORIENTE MEDIO: GEOPOLÍTICA E INTERCONEXIÓN

    La propagación de la Primavera Árabe desde Mauritania hasta Yemen es un ejemplo de la interconexión de Oriente Medio con el Magreb y Asia Central. Los efectos de los levantamientos reflejan la influencia mutua entre regiones aparentemente distintas, como la conexión entre los conflictos en Yemen e Irán.

    Entender Oriente Medio requiere un enfoque que reconozca su diversidad interna y sus múltiples conexiones globales. Solo así será posible superar las narrativas simplistas y encontrar soluciones que aborden las raíces de los conflictos en lugar de alimentar nuevas tensiones.

  • Geopolítica

    SIRIA: DE RETAGUARDIA YIHADISTA A EPICENTRO DEL CONFLICTO

    Siria se convirtió en una ruta logística clave para los combatientes yihadistas durante la ocupación estadounidense de Iraq. Esta dinámica, inicialmente tolerada por el régimen de Bashar Al Asad como una herramienta para negociar con Occidente, terminó volviéndose en su contra durante la guerra civil siria.

    La transformación de Siria en un campo de batalla para actores locales e internacionales ilustra cómo las alianzas y rivalidades en Oriente Medio no son estáticas. La guerra siria es un recordatorio de las consecuencias imprevistas que generan los conflictos prolongados y las intervenciones externas.

  • Geopolítica

    EL CRECIENTE CHIÍ Y EL TEMOR A UN CORREDOR IRANÍ

    En 2004, el rey Abdulá II de Jordania advirtió sobre el establecimiento de un «creciente chií» liderado por Irán que conectaría a este país con Iraq, Siria y Líbano. Aunque la influencia iraní se ha expandido, nunca se consolidó un corredor terrestre al Mediterráneo, en parte debido a la resistencia regional y las limitaciones logísticas.

    Sin embargo, este concepto refleja cómo la imaginación geopolítica influye en la percepción de amenazas. La influencia iraní sigue siendo un tema central en las estrategias de actores regionales e internacionales, mostrando que las rivalidades sectarias son también herramientas políticas en la región.

  • Geopolítica

    LA INVASIÓN DE IRAQ DE 2003: UN CAMBIO DE PARADIGMA

    La invasión estadounidense de Iraq en 2003 tenía como objetivo declarado democratizar la región y contrarrestar el salafismo-yihadista. Sin embargo, el derrocamiento de Saddam Hussein desató un caos inesperado que transformó al país en un terreno fértil para el extremismo. Las insurgencias, muchas de ellas respaldadas por Irán, erosionaron aún más la estabilidad regional.

    Este conflicto puso de manifiesto la ley de las consecuencias imprevistas, ya que en lugar de limitar la influencia de Irán, la intervención facilitó su expansión geopolítica, consolidando el poder chií en la región y alterando los equilibrios de poder en Oriente Medio.

  • Geopolítica

    EL «GRAN ORIENTE MEDIO»: AMBICIONES Y CRÍTICAS

    El concepto del «Gran Oriente Medio», promovido por el gobierno de George W. Bush en 2004, buscaba reformar económica y políticamente una amplia región que incluía desde el Magreb hasta Asia Central. Esta iniciativa pretendía atacar las raíces del extremismo mediante el desarrollo y la modernización. Sin embargo, fue criticada por su visión paternalista y simplista, que ignoraba las profundas diferencias culturales y políticas entre los países implicados.

    Aunque la idea no prosperó, evidenció cómo Oriente Medio es percibido como un tablero geopolítico de alcance flexible, donde las intervenciones extranjeras a menudo generan consecuencias imprevistas y alimentan tensiones preexistentes en lugar de resolverlas.

  • Geopolítica

    LA OPERACIÓN TORMENTA DEL DESIERTO Y EL «NUEVO ORDEN MUNDIAL»

    La liberación de Kuwait en 1991, liderada por una coalición internacional contra Iraq, marcó un momento decisivo en la geopolítica global. La victoria fue presentada como un triunfo del multilateralismo y el consenso, dando paso a lo que George H. W. Bush llamó el «Nuevo Orden Mundial». Sin embargo, también dejó a Saddam Hussein en el poder, alimentando resentimientos y futuros conflictos.

    Este episodio mostró las complejidades de las intervenciones extranjeras en Oriente Medio. Mientras se celebraba el fin del «Síndrome de Vietnam», las tensiones en la región continuaron gestándose, preparándose para la siguiente fase de conflictos, incluida la controvertida invasión de Iraq en 2003.

  • Geopolítica

    1979: EL AÑO QUE TRANSFORMÓ ORIENTE MEDIO

    El cambio de siglo en el calendario musulmán en 1979 marcó una serie de eventos que sacudieron Oriente Medio: la Revolución Iraní, el asalto a la Gran Mezquita de La Meca y la invasión soviética de Afganistán. Estos acontecimientos redefinieron las dinámicas geopolíticas de la región, sembrando las bases para conflictos que perduran hasta hoy.

    La Revolución Iraní, por ejemplo, significó para Estados Unidos la pérdida de un aliado clave, mientras que la invasión soviética fue vista como una amenaza expansionista. Aunque en realidad Moscú buscaba controlar la inestabilidad en su vecindad, para Occidente esta acción reavivó el temor al viejo juego de poder en Asia Central. Estos eventos generaron un «Arco de Crisis» que transformaría la política exterior estadounidense hacia la región.

  • Geopolítica

    LA IMAGINACIÓN GEOPOLÍTICA: CONSTRUYENDO MAPAS MENTALES DEL MUNDO

    Después de los domingos espirituales, vamos a agendar una nueva cita: los sábados geopolíticos. Y empezamos con una serie de ocho entradas hablando de Oriente Medio como siempre hacemos en este blog: dos o tres párrafos para estimular tu pensamiento crítico.

    La imaginación geopolítica es un ejercicio intelectual que define regiones y conceptos no naturales, sino creados por la historia y la política. Según John Agnew, un mapa no es solo una representación del territorio, sino una herramienta que refleja cómo percibimos y organizamos el mundo. Oriente Medio, por ejemplo, no es un accidente geográfico como el Amazonas o el Himalaya, sino una construcción conceptual surgida de contextos históricos específicos.

    El término «Oriente Medio» se popularizó gracias a Alfred T. Mahan, quien lo utilizó en 1902 para describir la importancia estratégica del Golfo Pérsico para el Imperio Británico. Este caso ilustra cómo la geopolítica no solo identifica espacios, sino que les asigna significados que reflejan las prioridades y tensiones de cada época. Así, mirar un mapa no es neutral, sino un acto cargado de significados culturales y políticos.

  • Actualidad

    EL ÚLTIMO MOVIMIENTO DE BIDEN: ¿DECISIÓN ESTRATÉGICA O INTERÉS PERSONAL?

    Tras la victoria de Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de octubre de 2024, y antes de su toma de posesión en enero de 2025, el presidente saliente, Biden, ha anunciado que autorizó el uso de misiles de largo alcance en Ucrania.

    Como consecuencia, se han generado enormes tensiones con Rusia, que ha amenazado con responder a cualquier ataque utilizando todos los medios necesarios, incluyendo misiles nucleares.

    En la comunidad internacional reina el desconcierto: ¿cómo puede un presidente en funciones tomar una decisión con implicaciones tan graves, ninguna de ellas aparentemente positiva?

    Por mi parte, esta situación me recuerda a la parábola del Evangelio sobre el administrador deshonesto, quien, al saber que iba a ser despedido, llamó a los deudores de su señor y les redujo las deudas. Así, pensó, cuando pierda mi empleo, tendré aliados que me ayuden.

    Será interesante observar quiénes se convierten en los “amigos” de Biden a partir de 2025.