Uno de los pilares de la Iniciativa de los Tres Mares es la seguridad energética. Países como Polonia y Croacia han construido plantas de regasificación para importar gas licuado de Estados Unidos, reduciendo así la dependencia del gas ruso. Sin embargo, esta transición no es uniforme; mientras algunas naciones priorizan la independencia energética, otras, como Hungría y Bulgaria, optan por enfoques pragmáticos basados en costos.
La construcción de infraestructuras como gaseoductos y plantas nucleares es clave para avanzar en este objetivo. Estos proyectos no solo refuerzan la autonomía energética de la región, sino que también contribuyen a los compromisos climáticos de la Unión Europea al promover fuentes más limpias y sostenibles.
(Ideas a partir del artículo de Óscar Méndez Pérez publicado en ieee.es)