Globalización

¿REGRESO AL NEOMEDIEVO? RIESGO, INCERTIDUMBRE Y NUEVAS SEGURIDADES

La Edad Media se recuerda como una época de fragmentación política y temores omnipresentes: guerra, peste, hambre. Algunos autores advierten que la globalización tecnológica podría conducirnos a un “neomedievo” donde el Estado pierde monopolios clave -la violencia y la ley- frente a cárteles, plataformas y jurisdicciones privadas.

Los indicios son inquietantes: redes criminales transcontinentales desbordan las policías; los tribunales de arbitraje corporativo retan a los jueces nacionales; y el clima extremo multiplica desplazamientos que ningún ministerio de interior consigue encauzar. La incertidumbre se cuela así en la vida cotidiana, reinstalando ansiedades que creíamos superadas.

Pero la analogía medieval no es destino. La ciencia biomédica, la inteligencia artificial y la cooperación multilateral ofrecen herramientas que ningún rey feudal habría imaginado. El desafío es vincularlas a un proyecto ético y político: pasar de una economía de la supervivencia -cada quien por su lado- a una arquitectura de seguridades compartidas que proteja derechos sociales, ambientales y digitales.

En otras palabras, evitar el neomedievo depende menos de la tecnología que de la voluntad para inventar instituciones inclusivas a la altura de los riesgos globales que nosotros mismos hemos generado.