La sinificación, también conocida como sinización, es el proceso a través del cual China ha integrado y asimilado a otras culturas dentro de su propio marco cultural Han, extendiendo su influencia política, social y lingüística. Históricamente, este proceso fue clave para mantener la cohesión de un imperio extenso y diverso. A lo largo de los siglos, la cultura Han se impuso como dominante en gran parte del territorio chino, estableciendo el mandarín como lengua oficial y los caracteres chinos como la escritura predominante.
En el siglo XXI, la sinificación ha tomado un cariz diferente, extendiéndose más allá de las fronteras culturales hacia áreas como la religión, la política y la economía. A menudo, se percibe como una imposición autoritaria que busca homogeneizar y controlar a las minorías étnicas, así como influir en países vecinos y regiones estratégicas. Este proceso plantea una importante cuestión sobre los límites entre la integración cultural y la opresión sistemática.
En la segunda entrega de Preguntas con Respuestas hablo de este tema