• Filosofía

    LA BATALLA CULTURAL DEL SIGLO XXI: ENFRENTANDO EL NIHILISMO Y LA ACEDIA

    La “batalla cultural” que enfrentamos en el siglo XXI es, en esencia, una lucha por el sentido mismo del Ser. A lo largo de la historia, cada siglo ha enfrentado desafíos distintos en torno a los trascendentales que la escolástica identificó como fundamentales: la Verdad, el Bien y lo Bello. El siglo XIX estuvo marcado por la lucha por el Bien, en un intento de superar los males de la explotación y la desigualdad; el siglo XX, en cambio, luchó por la Verdad en medio de regímenes totalitarios que distorsionaban la realidad. Hoy, el desafío parece ir aún más allá: enfrentamos la batalla del Ser contra el nihilismo, una visión que amenaza con despojar de sentido a la existencia humana en su totalidad. Aunque el Bien y la Verdad siguen siendo cruciales, es la propia supervivencia de la humanidad y su esperanza en el futuro lo que está en juego.

    En este contexto, el verdadero adversario se manifiesta en una antigua enfermedad espiritual, la acedia, que en el mundo medieval se entendía como una forma de desesperanza y apatía ante la vida. Hoy, esta acedia ha vuelto de manera soterrada, envolviendo a la sociedad con una sensación de vacío y desencanto que permea la cultura, la política y la vida cotidiana. La batalla cultural actual, entonces, no es solo una lucha contra ideas, sino una lucha por el sentido, por redescubrir la plenitud de la existencia humana. Este desafío requiere, por tanto, un renovado compromiso con el Bien, la Verdad y el Ser, como los pilares de una vida con propósito que permita a nuestra sociedad superar el vacío que la acedia y el nihilismo intentan imponer.

  • Filosofía,  Civilización del Amor

    ESTOICISMO FUNDADO EN EL AMOR

    Una especie de estoicismo fundado en el amor sería una filosofía de vida que busca la serenidad y la fortaleza interior no solo a través de la razón y la aceptación, sino también a través de un compromiso activo con el bien y el bienestar de los demás. Este «estoicismo amoroso» nos llevaría a afrontar las dificultades con ecuanimidad, pero sin caer en la indiferencia; nos impulsaría a aceptar la realidad tal como es, y a buscar transformar nuestro entorno en beneficio de quienes nos rodean.

    Ciertamente, el estoicismo tradicional enfatiza la autosuficiencia y el desapego como medio para alcanzar la paz interior; sin embargo, su versión centrada en el amor integra la idea de que estamos profundamente conectados con los demás. Si aceptamos el mundo con serenidad y actuamos con amor podremos enfrentar la vida de forma equilibrada, entendiendo que el verdadero sentido de fortaleza y libertad no está en el aislamiento emocional, sino en un compromiso profundo y generoso en beneficio del próximo. En este sentido, el amor se convierte en una guía moral que da sentido a la virtud estoica, transformándola en una fuerza capaz de dar paz, pero también de promover un bien más allá de nosotros mismos.

  • Filosofía

    EL DESEO Y LA SUPERFICIALIDAD EN EL MUNDO BURGUÉS

    Seguimos con el pensamiento de Saint-Cheron.

    Saint-Cheron nos invita a reflexionar sobre la manera en que el burgués trivializa el deseo, reduciéndolo a una búsqueda constante de gratificación inmediata, en un ciclo interminable de consumo que nunca satisface del todo. Para el burgués, la acumulación de bienes y placeres es un fin en sí mismo, y cada objeto deseado solo abre paso a otro. Esta visión refleja una incapacidad para ver el deseo como algo más que una reacción al momento presente. En contraste, la experiencia cristiana propone un deseo que va más allá de lo inmediato y lo material, un impulso que abre el corazón a la infinitud de Dios y a la verdadera trascendencia.

    El cristiano, lejos de evitar el deseo, lo entiende como un anhelo profundo que no se agota en el mundo material, sino que encuentra su verdadero sentido en la relación con lo divino. Este enfoque cambia el modo de vivir, transformando cada actividad cotidiana en un espacio para el encuentro con Dios, donde lo eterno toca lo temporal. Así, el deseo se convierte en un camino hacia la plenitud, un vehículo para descubrir la presencia divina en lo sencillo y cotidiano. En un mundo que trivializa los deseos, la fe cristiana ofrece una alternativa de profundidad, libertad y sentido.

  • Filosofía,  Religión

    FILOSOFÍA Y RELIGIÓN EN LA EDAD MEDIA: UN CAMINO HACIA LA JUSTICIA

    Lejos de ser una era de oscuridad, la Edad Media fue testigo de un florecimiento intelectual que sentó las bases del pensamiento moderno. Los grandes filósofos cristianos, como Santo Tomás de Aquino y San Agustín, no solo abordaron cuestiones teológicas, sino también sociales y políticas. Estos pensadores fueron claves en el desarrollo de conceptos como la ley natural, que sigue siendo un pilar en la discusión sobre la justicia y la legitimidad de las leyes.

    La ley natural, según Santo Tomás, es un orden moral que subyace a todo el cosmos, y las leyes humanas deben estar alineadas con esta ley si queremos que sean justas. Esta noción fue un puente entre la filosofía griega y la ética cristiana, y sigue siendo relevante en nuestros debates contemporáneos sobre los derechos humanos y la equidad en la aplicación de la ley.

  • Filosofía

    NIETZSCHE Y LA PURIFICACIÓN DEL CRISTIANISMO

    En su crítica a la cultura burguesa, Saint-Cheron rescata la figura de Nietzsche como un aliado inesperado en la purificación del cristianismo de sus elementos burgueses. Aunque Nietzsche fue un crítico implacable de la religión, su denuncia de la hipocresía y de los intereses de poder escondidos en el cristianismo burgués puso en evidencia la necesidad de un cambio. Según Saint-Cheron, Nietzsche expuso cómo el cristiano burgués adopta una fe de conveniencia, desprovista de autenticidad. Esto abrió la puerta para una renovación espiritual en la que el cristiano es invitado a vivir su fe sin aferrarse a falsas seguridades ni privilegios.

    El desafío que plantea Nietzsche invita al cristiano a ir más allá de una religiosidad cómoda y a adentrarse en una relación genuina y transformadora con Dios. En lugar de quedarse en la “buena conducta” superficial, el cristianismo auténtico exige compromiso, búsqueda sincera y, sobre todo, valentía. Esta renovación es, para Saint-Cheron, una llamada a vivir en comunidad como “santos” que, aunque imperfectos, luchan cada día por una vida en la que la fe no sea una fachada, sino un verdadero impulso hacia la trascendencia y el amor.

  • Filosofía,  Humanismo

    ¿QUÉ SIGNIFICA SER HUMANO?

    Definir lo que significa ser humano ha sido un reto para filósofos durante milenios. Desde Aristóteles, que destacó nuestra capacidad de razonamiento, hasta Rousseau, quien nos describió como seres sociales, cada enfoque abre una ventana distinta a la complejidad humana. Kant agregó la dimensión moral, argumentando que somos seres éticos, capaces de discernir entre el bien y el mal.

    Ninguna de estas perspectivas es excluyente, sino complementaria. Juntas, nos ofrecen una visión más rica del ser humano, una especie que no solo es consciente de sí misma, sino que también crea y transmite cultura, valores y tradiciones de generación en generación.

    No obstante, todas ellas se completan y adquieren un nuevo significado cuando el “factor amor” entra en juego. Una civilización plenamente humana sólo puede ser una civilización del amor.

  • Benedicto XVI,  Filosofía,  Religión

    EL LEGADO GRIEGO EN EL CRISTIANISMO

    Una de las ideas centrales del Papa Benedicto XVI es la importancia de la «hellenización» del cristianismo. En sus primeras etapas, el cristianismo se benefició de la filosofía griega, que aportó conceptos claves como el logos (la razón) para entender mejor la naturaleza de Dios.

    A través del diálogo con la filosofía griega, los primeros teólogos cristianos pudieron desarrollar una fe más estructurada, fundamentada también en la razón.

    Benedicto XVI sostiene que esta fusión no fue una simple coincidencia histórica, sino un proceso esencial para el desarrollo de la fe cristiana. Esta integración permitió que el cristianismo se destacara como una religión que invita al uso de la razón para entender a Dios, el universo y la naturaleza humana, sentando las bases de un diálogo permanente entre fe y pensamiento filosófico.

  • DinamicasGlobales,  Filosofía,  Realismo

    LA VERDAD Y LA DEMOCRACIA: ¿SON COMPATIBLES?

    En las democracias occidentales actuales, la búsqueda de la verdad se ha vuelto cada vez más difícil. Walter Lippmann argumentaba que la democracia, por sí misma, no crea la verdad. En lugar de ser un método para descubrirla, la democracia es un sistema de orden político basado en el respeto por las personas y el bien común. La verdad se logra mediante una investigación libre y sincera, pero la crisis filosófica que promueve el antirrealismo ha erosionado la noción misma de verdad.

    Cómo bien señala Julio Borges, el antirrealismo en filosofía es una postura que niega o cuestiona la existencia independiente de los objetos, verdades o entidades fuera de nuestra percepción o conocimiento. A diferencia del realismo, que sostiene que el mundo tiene una existencia objetiva y sus propiedades son independientes de nuestras mentes, el antirrealismo plantea que la verdad o existencia de ciertos tipos de entidades (como objetos materiales, números, valores morales, etc.) depende de nuestras creencias, lenguajes o prácticas conceptuales.

    Hoy, la proliferación de noticias falsas, la manipulación mediática y la presión de las redes sociales dificultan aún más el discernimiento entre lo verdadero y lo falso. Vivimos en una sociedad donde parecer es más importante que ser, lo que plantea un reto profundo para las democracias: ¿cómo podemos proteger la verdad en un mundo donde la información está fragmentada y la opinión pública, fácilmente manipulada?