Sociedad

LA RESPONSABILIDAD CIUDADANA FRENTE A LA CORRUPCIÓN

La corrupción no solo es un problema de los políticos, sino también de una ciudadanía permisiva que tolera prácticas deshonestas y, en ocasiones, las perpetúa. La verdadera regeneración comienza con un cambio de mentalidad que permita reconocer la responsabilidad compartida en el sistema. ¿Cómo construir una sociedad donde la ética sea más que una utopía? La clave está en formar conciencias libres y en fomentar una cultura de participación activa que rechace la indiferencia y abrace la transformación.

Además, la ciudadanía tiene un papel crucial en garantizar la rendición de cuentas. La transparencia y el control efectivo de las actividades políticas no son solo derechos, sino también deberes que todos debemos asumir. En este sentido, la formación de conciencias libres es clave para erradicar la aceptación pasiva de sistemas corruptos. Una sociedad verdaderamente democrática exige un compromiso activo y un rechazo rotundo a la corrupción, no solo como un problema político, sino como una cuestión ética que afecta la dignidad de todos.