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VIGILANCIA Y CONTROL: LA AUTOQUINESIA DEL SISTEMA TOTALITARIO

Un aspecto clave del totalitarismo moderno es lo que Václav Havel llamó «autoquinesia«, el movimiento autónomo del sistema para perpetuar su poder. En los regímenes totalitarios, las instituciones dejan de ser un medio para servir al bien común y se convierten en fines en sí mismas, dedicadas exclusivamente a la preservación del régimen. El sistema se mueve no para mejorar la vida de los ciudadanos, sino para garantizar su propia supervivencia.

El uso de la vigilancia masiva, la represión sutil y la manipulación de la información son mecanismos que permiten al sistema mantenerse en pie sin necesidad de recurrir a la violencia directa. A través de la autoquinesia, el totalitarismo moderno consigue una estabilidad que parece inquebrantable, mientras el control sobre la sociedad se vuelve cada vez más invisible, pero no menos efectivo.

Te invito a reflexionar sobre este aspecto de la vida cotidiana en tu sociedad. ¿Puedes detectar indicios de autoquinesia?