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LOS DERECHOS HUMANOS: FUNDAMENTO EN LA DIGNIDAD TRASCENDENTE

Este otro breve ciclo de entradas está dedicado al tema de los derechos humanos; Mons. Crepaldi habló de ello en Salamanca, con ocasión del sexagésimo aniversario de la declaración sobre los derechos humanos.

Según afirmó en 2008 Mons. Giampaolo Crepaldi, entonces Secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, la Iglesia considera que los derechos humanos expresan la dignidad trascendente de la persona, vista como una criatura única y amada por Dios en sí misma, nunca como un medio para otros fines. Esta dignidad exige un respeto incondicional, algo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 capturó como una “piedra miliar” en el progreso moral de la humanidad, según palabras de Juan Pablo II. Sin embargo, la Iglesia advierte que los derechos humanos se vacían de contenido cuando se reducen a meras normas legales o procedimientos, o cuando se interpreta su aplicación de manera relativa o individualista, sin reconocer su universalidad e inviolabilidad.

Afirmar los derechos humanos requiere una visión integral del ser humano, una que lo conecte tanto con su origen divino como con su naturaleza racional y social. Para la Iglesia, esta conexión se logra mediante la ley natural, que no es una imposición externa, sino una llamada interna al respeto de la dignidad humana, accesible a través de la razón y la fe. Este respeto permite reconocer a cada persona en su verdadera valía y establece una base sólida y universal para la convivencia humana.