Esta semana dedicaremos cuatro entradas a hablar de globalización, y en concreto en aspectos relacionados con la pandemia del año 2020.
Antes de la pandemia, la globalización ya mostraba signos de ralentización. Según el Índice Elcano de Presencia Global, entre 1990 y 2019 la globalización atravesó distintas etapas: desde un período de crecimiento económico intenso hasta una fase post-crisis de 2008 marcada por un estancamiento moderado. En esta última etapa, la globalización «blanda», es decir, el intercambio cultural, educativo y tecnológico, asumió el protagonismo frente a la económica y la militar.
Sin embargo, el auge de nuevas políticas proteccionistas, como las impulsadas por la primera administración Trump, impactó en las inversiones internacionales, provocando incluso un descenso del -2,6% en la presencia global agregada en el último año registrado. Así, el mundo entró en una fase de globalización más lenta y heterogénea, donde lo «blando» ganaba peso y la economía se desaceleraba.
Esta fotografía del período pre-pandémico sugiere que la globalización no se revirtió, pero sí cambió. Las bases económicas se estancaron, mientras que el auge de lo digital y lo cultural comenzaba a marcar un rumbo hacia nuevas formas de interacción global.