Humanismo

HUMANISMO Y DESAFÍOS EXISTENCIALES: EL HOMBRE EN EL SIGLO XXI

Sería legítimo que nos planteáramos una reflexión sobre el ascenso y la caída de la noción de “humanismo”. A lo largo de la historia moderna, hemos visto cómo la humanidad se ha elevado al estatus de “ser supremo” en la visión de pensadores como Karl Marx y Auguste Comte. Sin embargo, ese ascenso ha sido seguido por una caída abrupta: los logros alcanzados en medio milenio se han erosionado en apenas unas décadas. Michel Foucault, en su obra Las palabras y las cosas, ya vislumbraba en 1966 un desmoronamiento de la noción de “hombre” como fundamento de las ciencias humanas, aunque no anticipó del todo el posible colapso concreto de la humanidad. Hoy en día, los peligros para la especie humana ya no son solo conceptuales; enfrentamos amenazas tangibles que podrían llevarnos a la extinción, ya sea por eventos súbitos, como una guerra nuclear o la caída de un meteorito, o por procesos graduales, como la contaminación ambiental y la crisis demográfica, tal como advertía Pierre Chaunu en los años 70.

Estos peligros externos, sin embargo, están profundamente conectados con un fenómeno interno: la crisis de legitimidad del hombre como ser digno de perdurar. La duda sobre el valor intrínseco de la humanidad socava el impulso por la supervivencia y reduce la energía colectiva para enfrentar los retos que amenazan nuestra existencia. En este contexto, la reconstrucción de un humanismo auténtico, que afirme el valor de la vida humana y su propósito en el mundo, es esencial. Si la humanidad ha de evitar su propia desaparición, es vital que recupere una comprensión de sí misma que inspire la acción y el compromiso con el futuro.